Reich y Leary en el espacio
LOS FILÓSOFOS DE LA NATURALEZA
LOS FÍSICOS
De Reich y Leary en las glándulas
a Reich y Leary en el espacio
Segunda Charla
ofrecida en el ManiKhem
Buenos Aires, 2005
por
Mr.Mistery
Desgrabación Primera Hora
Pensemos, sintamos con Reich nuestra contingencia horizontal: nuestro mar de fondo es la energía. No nos interesa otra cosa, sólo nos atrae la multiplicidad de incógnitas que hay que atravesar para obtener cierto conocimiento experimental de la energía vital. Contemplamos el azul cobalto del cielo de San Rafael, Mendoza (me pongo telúrico), destilando el azufre solar para la vid mercurial, azul orgónico, azul Klein, el cinturón del OR (Orgone Energy) en su dimensión vasta y planetaria, en su continuum dévico (me pongo ahora teosófico ... perdón ...).
De golpe tomamos los libros abiertos desparramados por el piso, comprobamos que las filosofías del proceso y el pensamiento biofísico-vitalista, transmaterialista, transelemental, con sus excéntricas sesgaduras fisioterapéuticas, suele motorizarse por la indagación de la energía biológica y sus modulaciones, los modos de percibirla, gastarla, transformarla, cabalgarla, acumularla (talismanes biológicos, como los llamaremos). El impulso vital, llevado al límite de lo pensable, sin resignar el pensamiento, medita con una sofisticación anexacta sobre lo que precede y excede a la razón, dejando que se pronuncie esa fuerza excedentaria, dándole un centro pensátil y móvil: la duración, las potencias neurovegetativas o los devenires, según qué físico nos toque. Mientras tanto, en otras filosofías y pensamientos que ya ni recordamos (ruido de fondo, contingencia vertical), se trata de la obstrucción de la energía o de su administración, sea religiosa, científica, artística o intelectual, a través de lo que podríamos denominar “polos bancarios”.
Reich nace en 1897 en Austria y muere en 1957 en EEUU, en prisión. Desde el punto de vista formal es psicólogo y uno de los principales discípulos de Freud de la primera época, que tuvo a su cargo el Seminario de Viena a inicios de los años veinte, descollando en cuanto congreso psicoanalítico hubiera, si bien en pocos años empieza a dar un cauce definido y riguroso a todas sus investigaciones empírico-experimentales de la economía sexual, investigaciones fuera de código y de protocolo académico, trayendo elementos de sus indagaciones en electrónica, biología, física, sociología, meteorología y astronomía. Inmediatamente su deriva resulta repugnante para sus pares más enquistados en la última territorialización de Occidente: el diván.
Les llamará la atención esto de que muere en prisión ... todavía es más sorprendente que terminó perseguido por todas las siglas de la masonería paramilitar americana: la CIA, el FBI, la USAF y la FDA (Food and Drug Administration), además de haber sufrido la quema de libros de su biblioteca, al mejor estilo inquisición, aunque en pleno siglo xx, una vez que la FDA determinó, en 1956, que el orgón no existía, que se trataba de la entelequia de un demente y que todos los libros, en el territorio de los EEUU, que contuvieran la palabra “orgón”, debían ser incinerados en los hornos de la FDA. Esta incineración se llevó a cabo meticulosamente desde 1956 hasta 1962.
Los motivos de esta persecución van mucho más allá de la cuestión de la existencia o no del orgón ... en primer lugar W.Reich fue afiliado al Partido Comunista si bien fue expulsado del mismo, así como también logró ser fletado de la Asociación Psicoanalítica Internacional -“decepcionar es un placer”, dijo Deleuze-. A su vez propició activamente la liberacón del yugo puritano-familiarista a favor de una revolución sexual con base en políticas de educación contra higienista (o a favor de una higiene a contrapelo) y en una terapia orgonómica extendida (a su modo un tipo de esquizoanálisis) a partir de articulaciones muy concretas como fueron los centros populares de divulgación y tratamiento de las patologías ligadas a la sexualidad, la instrucción sexual de niños y jóvenes de la clase obrera (disculpen la terminología, voy rápido) y, en fin, como si poco turbara, termina (sigue), años después, apuntando con cañones de orgón a las estrellas y compulsando cara a cara con la USAF (United States Air Force) sobre las características del fenómeno OVNI y las consecuencias ambientales de los ensayos nucleares americanos.
Demostró, además, que la desertización del Oeste de los Estados Unidos y el avistamiento de Ufo´s estaba en directa relación con los experimentos nucleares que en ese momento empezaban a ser legión. Mientras tanto, incursionaba por el desierto de Arizona con un grupo de expedicionarios armados con cañones de orgón (Expedición Orop Desert Ea –lo veremos en la tercera charla-), apuntando a los objetos voladores no identificados que por esos años estallaban por todo el cielo de los Estados Unidos. Cuestión fundamental para la meteorología orgónico-chamánica de Reich: tras el trabajo con sus cañones de orgón, franjas enteras del desierto de Arizona comenzaron a reverdecer.
Evidentemente todo este cuadro casi heroico fue demasiado para la máquina paranoica anglosajona. En realidad lo más peligroso de Reich, para la inteligencia americana (sic), habrá sido que se les parecía demasiado, aunque por el otro lado, es decir: no había experimento que hiciera que no implicara simultáneamente un momento de catecismo, de salida a la calle, de contagio social, de articulación institucional o extitucional para la proyección colectiva del experimento, momento que resultaba amplificador y profético del lado reichiano, pero que del lado americano jamás dejaría de ser otro episodio evangélico-restrictivo de holdings de banqueros puritanos: in God we trust: el trust financiero, ya lo sabemos: en Dios financiamos, el Ojo de Mercado, OM, etcétera.
Ahora me gustaría que escuchen o capten el campo semántico de los primeros títulos de sus libros, con respecto al fuera de campo de los títulos de los últimos, para que aprecien el veloz deslizamiento de sus intereses, aunque siempre como parte de un envío del que nunca se desvió:
“Análisis caracterológico”, “La función del orgasmo”, “La psicología de masas del fascismo”, “Biopatía del cáncer”, y luego, por ejemplo: “Eter, Dios y Demonio”, “Superimposición cósmica”, “Contacto con el espacio”, etc.
El “primer momento” va de 1925 a 1935. El segundo, de 1935 al final de su vida, cuando comienza su investigación orgonómica a partir del descubrimiento del orgón, allí donde toda la comunidad universitaria de Occidente exigiría que lo dejemos de leer, a riesgo de no becarnos (“¿Pero no preferiría una tesis sobre Wittgenstein, Benjamin?”).
Sin embargo, tratándose de Reich, habrá que evitar cualquier análisis biográfico por “momentos”, sobre todo porque habilita la limpieza de su período experimental, como si éste fuera heterogéneo a sus primeras investigaciones. A nosotros en cambio nos va a interesar la radical unidad y simultaneidad de sus momentos y niveles: el germen cosmópata ya estaba, como sustrato determinante-indeterminado, en “La función del orgasmo” y en la psicología del fascismo, así como el análisis caracterológico estaba desde el inicio apuntando sus cañones de orgón a los objetos voladores DOR (Dead Orgone Energy). Bastaría con tomarse el trabajo de leerlo para captar el continuum: “El descubrimiento de la naturaleza verdadera de la potencia orgástica, realizada en 1922, condujo al descubrimiento del reflejo del orgasmo en 1935 y al descubrimiento de la radiación orgónica en 1939” (W.Reich, La Función del Orgasmo).
En esta dirección proponemos que la obra de Reich es una función continuada de una sola cuestión: la función de la energía biológica caracterizada como orgón y su inervación experimental en la vida de los cuerpos, la psique y el socius.
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EXTRACTO DEL TEXTO A SER PUBLICADO EN EL PRÓXIMO
OMBLIGO 23 - CODEX MOLECULAR
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